Algunos me preguntan porqué dedico parte de mi vida a los retos personales o deportivos... otros me dicen que esto tarde o temprano me pasará irremediablemente factura y otros me tachan directamente de loco... y yo les respondo abiertamente que el riesgo está en no vivir, en no soñar, en no sentir...
No nacemos para ser bomberos, abogados, mecánicos, nacemos para ser felices, y eso no debemos olvidarlo.
Si por un momento nos imaginamos en nuestro lecho de muerte, con unos cuantos años y rodeado de nuestra prole, instantes antes de espirar mientras recordamos... ¿qué nos gustaría recordar?
Yo lo tengo claro. Quiero recordar todas y cada una de las aventuras en las que me embarqué, todas aquellas situaciones en las que salí airoso, quizá alguna que no salió bien del todo pero me enseñó algo, pero sobre todo que superé todas y cada una de las expectativas, no que alguien tenía de mí, si no las que yo tenía de mi mismo y que superé con creces.
También me gustaría que se me recordase como alguien que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, a superarse a si mismo y a no rendirse nunca.
No rendirse nunca, ese es el ejemplo que me gustaría dejar para la posteridad.
Creo que todo el mundo debería de experimentar, al menos una vez en la vida, la sensación de cruzar una meta tras 10,12 o 14 horas de esfuerzo. La sensación de vencerse y superarse a sí mismo es increíble, exponencialmente muy superior a cualquier otro logro (según mi opinión) sobre todo teniendo en cuenta que antes de cruzar esta meta has tenido que vencer a las ganas de abandonar en multitud de ocasiones, quizá algún problema externo o preguntarte un millón de veces ¿que hago yo aquí perdido en medio de ningún sitio?
(foto en la meta del Canal de Castilla Ultra Race tras 109,1km y 14h )
Esta carrera, quizá, ha sido el germen para la formación en Tordesillas del equipo Ultra Trail Tordesillas que hoy en día tiene 8 componentes, un equipo con mayúsculas, en las que cada uno somos de un padre y una madre pero que nos llevamos genial y somos una piña.
Cada uno tiene sus razones para correr esta carrera. Yo personalmente corro porque me gusta, porque me siento libre en medio de la naturaleza y no tengo que pensar en nada. Mi alma es el lienzo en blanco y las montañas el pintor que dibuja las experiencias que quedarán grabadas para siempre.
Me gustan los retos y las vueltas de tuerca, los amigos y personas que conozco en cada uno de ellos.
Ahora pensando en los 101 peregrinos me invade el pensamiento de qué será lo siguiente, de cuál será el próximo reto... hay tantas ideas... ( y se admiten sugerencias!!!)
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