Historias de retos personales... O de como la determinación, la constancia y la confianza en uno mismo te hacen llegar donde otras personas ni se plantean. Aquí el éxito no es vencer siempre, es no darse nunca por vencido.
sábado, 19 de diciembre de 2015
COMO AFRONTAR UNA PRUEBA DE LARGA DURACIÓN (MIS TRUCOS)
Siempre que realizo cualquier actividad de larga duración, y no sólo hablo de deporte suelo apoyarme en ciertos pilares básicos:
1. LA AUTOCONFIANZA.
2. LA MOTIVACIÓN.
3. EL FRACCIONAMIENTO DEL OBJETIVO.
4 SIMPLIFICACIÓN.
5. ¿ CÓMO GESTIONAR LAS VICTORIAS Y LAS DERROTAS?
1. AUTOCONFIANZA.
Soy una persona bastante terca, y trato siempre de llevarlo al terreno que quiero para lograr mis metas. Siempre que trato de hacer algo que me parece difícil, (no me gustan esas personas que utilizan la palabra imposible de forma gratuita, es como una lucha que mantengo) busco ejemplos de aquellos que trataron de hacer algo y se encontraron con la opinión generalizada de la gente de que no lo conseguiría. Si ellos lo consiguieron, yo también podré.
Me fijo en como llegaron a conseguir algo parecido a lo que yo quiero conseguir, trato de imitar su camino, si a ellos les funcionó a mi será raro que no me funcione.
Hace tiempo en el libro de la Ley de Murphy, un tal Maxwell decía:
2. LA MOTIVACIÓN:
Si hay algo que hay que tener lleno siempre es el depósito de la motivación y de la ilusión por realizar cosas.
Una cosa que tengo en cuenta a la hora de escoger un objetivo es si éste me llena lo suficiente como para llevar a cabo toda la preparación.
Debemos ser consciente por otro lado que todo tiene un precio, y no me refiero al precio del dorsal.
Me refiero al precio de entrenar cada día, con buen o mal tiempo, con o sin ganas de dedicarle horas, aguantar el dolor, etc
Si hay algo que me funciona son dos cosas:
- Fijarme en personas a quien admiro mucho.
- Gestionar mis sensaciones con música, para que el ánimo siempre este alto al igual que la motivación. Es mi medicina favorita... y no tiene contraindicaciones.
Uno de mis referentes es Kilian Jornet, siempre buscando nuevas motivaciones. Hay otros muchos.
3. EL FRACCIONAMIENTO DEL OBJETIVO.
Divide y vencerás.
No pienso nunca en global, siempre divido en tramos de no más de 10 km incluso (y sonará como una chorrada) pero incluso divido los rodajes largos y las carreras de más de 5 horas en tramos de 5 minutos.
Fraccionar en tramos de 5, 6 o 7 minutos para ir echando un trago de agua, cada 45 o 50 minutos tomar un gel o una barrita, o cada hora y media tomar pastillas de sal es una forma de fraccionar esa carrera o prueba deportiva que en principio iba a ser interminable.
Por otro lado, si mentalmente dividimos una distancia mayor en tramos de 10 kilómetros como máximo, no pensaremos en la totalidad de la distancia que nos queda, siempre pensaremos que nos queda como mucho 9,9 km para el siguiente avituallamiento, barrita o gel, o el siguiente punto de referencia.
Dentro de este fraccionamiento cabe destacar la planificación de los objetivos marcados, ir poco a poco dentro de una evolución lógica en una escala de dificultad.
4 SIMPLIFICACIÓN.
Me gusta realizar las cosas de la manera más sencilla posible, prescindiendo de aquellos elementos que no son indispensables.
En las carreras de larga distancia prima el peso y el espacio, por lo que debemos tener en cuenta que no podemos llevar la casa a cuestas como el caracol.
Utilizar elementos fáciles de usar, probados y contrastados es la mejor opción para enfrentarte a retos importantes.
5. ¿ CÓMO GESTIONAR LAS VICTORIAS Y LAS DERROTAS?
Ocurre en ocasiones que tras haber preparado una prueba con mimo y esfuerzo, las cosas no salen como queremos y entramos en un bache.
Saber que nada es para siempre, relativizar lo bueno y lo malo nos hará crecer, afrontando con humildad cada pequeña o gran victoria, impidiendo que nos hundamos en un estado de profunda decepción en caso de que las cosas no salgan como queríamos en un principio.
Tener en cuenta que siempre lo podemos volver a intentar para mejorar, que a veces se gana y a veces se aprende, y que generalmente obtenemos mayores experiencias cuando las cosas no salen bien a la primera.
En mi opinión, para un deportista aficionado los objetivos deberían estar claros siempre, y deberían ser:
1. Disfrutar.
2. Dar el máximo.
3. Tratar de conseguir un buen resultado.
CASTILLA ULTRA RACE 109 KM...
O LA HISTORIA DE NO ABANDONAR NUNCA...
Todo comienza con una cifra, un número que se cruza con tu mirada y que se graba a fuego en tu mente, 107.
Palencia: 10h del sábado 3 de Octubre:
Antes de salir me hago una foto con Mayayo Oxigeno de Mayayo - Carrerasdemontana.com y cuyas crónicas leo habitualmente con fruición.
Me junto a otros tres compañeros de Club de Atletismo y Triatlon Caja Rural de Tordesillas que me acompañaran hasta el km 50 aproximadamente, auténticos devoradores de kilómetros.
Empiezo atrás del todo, no quiero que la euforia del principio me haga rodar alto de pulso y se eche todo el trabajo a perder, así me despido de Irene Rodríguez Rodríguez que me acompañará de diversas formas a lo largo de la jornada y sin ella probablemente esta crónica seria bastante distinta.
Pasados los primero minutos de carrera por los alrededores de Palencia, la carrera se estira y podemos adelantar a gente, los de Tordesillas se han propuesto desbrozar el Canal de Castilla en su primer ultra, a mi me parece que vamos demasiado rápido pero voy cómodo entre risas y bromas pues nos hemos juntado los "mudos".
Así, de esta forma, van pasando los km sin darnos apenas cuenta, llegamos al km 13,3 donde nos dan agua y continuamos hasta el km 23,8 donde podremos comer como si no hubiese un mañana, haciendo acopio de chocolate, jamón serrano, dulce de membrillo... (modo: boda gitana ON). La siguiente parada ser en Amusco y será ya el km 35.
Dejamos atrás las viandas con las que la gente de CD Trail Hispania nos obsequian y continuamos entre chistes y bromas cuando el pulso me deja, con un compañerismo digno de reseñar en un recorrido recto, monótono en ocasiones por su efecto pasillo que parece no terminar nunca.
Llegamos al km 35 para beber algo y la siguiente parada será Fromista, alli no pensaba parar a comer pero hablando con mis compañeros me doy cuenta de que tienen razón y es conveniente parar unos minutos a degustar unas patatas con carne espectaculares, era como comer en casa de la abuela.
Aprovechamos también para cambiarnos de camiseta tras 5 horas de carrera.
La parada se alarga hasta los 30 minutos y continuamos para bingo por el camino recto donde a menudo contemplamos las maravillosas esclusas del Canal. Llevamos algo mas de 5 horas de camino recto y lleno de piedras que empiezan a hacer mella en nuestros pies... y en nuestra mente, al menos en la mía!!!!
Nada más comer me doy cuenta que mis dos compañeros de fatigas (el tercero, Alberto, quedó en Frómista, pues disputaba la carrera de 48 kilómetros) van demasiado deprisa y a mi se me dispara el pulso, es momento de dejarlos seguir y quedarse atrás, aún a riesgo de no terminar la prueba. Es en este momento cuando decido emprender mi propio ritmo y dosificarme física y psicológicamente.
Lamentablemente el físico iba mejor que el coco. Me acuerdo entonces de mi compañero Eduardo Flecha que me dijo una frase muy mía también "es todo mental" pero no sirve más que para los siguientes 25 minutos... Estoy agotado, en medio de ninguna parte... que hago yo aquí???
Es entonces cuando miro el móvil, pues de vez en cuando informaba a Irene de donde me encontraba y me da ánimo y un consejo que me salva la carrera en el km 62,5: "cambia de método" "esta todo en tu cabeza" "confío en ti". Acababa de salvarme la carrera a falta de 47 km. Formamos un equipo perfecto y ella lo sabe, por eso la quiero tanto, por eso conseguimos grandes resultados y no sólo aquí. Eres la mejor Irene Rodriguez!!!!!
Tras éste subidón que me da mi compañera de equipo que me hizo caer la lagrimita, llego al avituallamiento del kilómetro 67 donde me dan agua y me dicen que voy el 38 de 198, ni yo mismo me lo creia!!! Controlo la euforia y me planteo llegar al siguiente avituallamiento, el del kilómetro 79.
Serán 12 km muy largos pero justo cuando empiezo a sentir las piernas pesadas veo a quien va en posición 37 con un gesto de absoluto derrotismo, caminando de forma pesada, por lo que lo animo y lo adelanto y continuo con mi ritmo, estoy psicológicamente muy arriba y repetiré la operación 6 veces más.
Ya en km 79 me encuentro con gente del club que ha venido a animar y ponen tal cara de asombro que creo que pensaban que había abandonado, situación lógica habiendo recorrido unos 38 -40 kilómetros en solitario por un recorrido monótono y empezando a anochecer, algo muy duro de afrontar psicológicamente tras 9 horas de carrera. Me dicen que mis compañeros acaban de reemprender la marcha pero sería un suicidio tratar de alcanzarlos
.
Tras saludar a la maravillosa gente de la Villa del Tratado, paro en el kilómetro 79 para tomar fruta y un café que me llega cual maná caído del cielo. Sólo quedan 30 para terminar me digo por fin, aunque mi objetivo es ir al próximo avituallamiento que será en el kilómetro 91, son 12 km y esta lejos. Me dispongo a correr y es cuando los calambres no me dejan continuar. De repente, sin avisar, empiezan a subirse los cuadriceps y los abductores y no me permiten dar un paso, que lejos queda el km 91... decido caminar y encender el frontal. Lo intento de nuevo unos minutos más tarde y ahora si, ahora si que puedo. Vamos!!!! Lo celebro con euforia!!!!
Asi, renqueante y con las pocas fuerzas que me quedan llego al km 91 donde ya no puedo correr, ya mis piernas no quieren mas km. Por mi mente planea el abandono, no puedo correr y yo no quiero arrastrarme hasta el 109 que es donde está la meta. No se que hacer, no quiero arrastrarme, he venido a correr y si no puedo correr, lo dejo. En este momento, salgo a intentar llegar al km 99, al penúltimo avituallamiento, porque sé que si llego allí, por mal que esté llegaré a meta
.
La suerte esta de mi parte cuando me encuentro en el km 93 a Paco, un joven de 49 años de Plasencia que es una máquina, que nos habia arrancado las pegatinas a los desbrozadores de Tordesillas y que su rodilla derecha había obligado a bajar el ritmo. Decidimos ir juntos a meta, pasando por el penultimo avituallamiento donde nos esperan su mujer y mi familia con Irene, artífice de esta gesta. Saludamos a su mujer, tomamos otro cafetillo y afrontamos los últimos 10 km en medio de la soledad más absoluta y la noche más negra.
Así Paco y yo vamos hablando,y a las 00:13 del domingo llegamos a meta. Es que es lo que tienen las carreras, que además de medallas hay otros premios mejores como conocer gente increíble con un espíritu admirable.
A la entrada de Alar del Rey me espera Amanda que me entrega la bandera de Tordesillas, para entrar con ella en meta, homenajeando al sitio que me ha visto convertirme en lo que soy, aguantando los ataques gratuitos como yo he aguantado en esta carrera tan dura.
Reto conseguido, próxima parada : 101 km Peregrinos!!!!
Todo comienza con una cifra, un número que se cruza con tu mirada y que se graba a fuego en tu mente, 107.
Palencia: 10h del sábado 3 de Octubre:
Antes de salir me hago una foto con Mayayo Oxigeno de Mayayo - Carrerasdemontana.com y cuyas crónicas leo habitualmente con fruición.
Me junto a otros tres compañeros de Club de Atletismo y Triatlon Caja Rural de Tordesillas que me acompañaran hasta el km 50 aproximadamente, auténticos devoradores de kilómetros.
Empiezo atrás del todo, no quiero que la euforia del principio me haga rodar alto de pulso y se eche todo el trabajo a perder, así me despido de Irene Rodríguez Rodríguez que me acompañará de diversas formas a lo largo de la jornada y sin ella probablemente esta crónica seria bastante distinta.
Pasados los primero minutos de carrera por los alrededores de Palencia, la carrera se estira y podemos adelantar a gente, los de Tordesillas se han propuesto desbrozar el Canal de Castilla en su primer ultra, a mi me parece que vamos demasiado rápido pero voy cómodo entre risas y bromas pues nos hemos juntado los "mudos".
Así, de esta forma, van pasando los km sin darnos apenas cuenta, llegamos al km 13,3 donde nos dan agua y continuamos hasta el km 23,8 donde podremos comer como si no hubiese un mañana, haciendo acopio de chocolate, jamón serrano, dulce de membrillo... (modo: boda gitana ON). La siguiente parada ser en Amusco y será ya el km 35.
Dejamos atrás las viandas con las que la gente de CD Trail Hispania nos obsequian y continuamos entre chistes y bromas cuando el pulso me deja, con un compañerismo digno de reseñar en un recorrido recto, monótono en ocasiones por su efecto pasillo que parece no terminar nunca.
Llegamos al km 35 para beber algo y la siguiente parada será Fromista, alli no pensaba parar a comer pero hablando con mis compañeros me doy cuenta de que tienen razón y es conveniente parar unos minutos a degustar unas patatas con carne espectaculares, era como comer en casa de la abuela.
Aprovechamos también para cambiarnos de camiseta tras 5 horas de carrera.
La parada se alarga hasta los 30 minutos y continuamos para bingo por el camino recto donde a menudo contemplamos las maravillosas esclusas del Canal. Llevamos algo mas de 5 horas de camino recto y lleno de piedras que empiezan a hacer mella en nuestros pies... y en nuestra mente, al menos en la mía!!!!
Nada más comer me doy cuenta que mis dos compañeros de fatigas (el tercero, Alberto, quedó en Frómista, pues disputaba la carrera de 48 kilómetros) van demasiado deprisa y a mi se me dispara el pulso, es momento de dejarlos seguir y quedarse atrás, aún a riesgo de no terminar la prueba. Es en este momento cuando decido emprender mi propio ritmo y dosificarme física y psicológicamente.
Lamentablemente el físico iba mejor que el coco. Me acuerdo entonces de mi compañero Eduardo Flecha que me dijo una frase muy mía también "es todo mental" pero no sirve más que para los siguientes 25 minutos... Estoy agotado, en medio de ninguna parte... que hago yo aquí???
Es entonces cuando miro el móvil, pues de vez en cuando informaba a Irene de donde me encontraba y me da ánimo y un consejo que me salva la carrera en el km 62,5: "cambia de método" "esta todo en tu cabeza" "confío en ti". Acababa de salvarme la carrera a falta de 47 km. Formamos un equipo perfecto y ella lo sabe, por eso la quiero tanto, por eso conseguimos grandes resultados y no sólo aquí. Eres la mejor Irene Rodriguez!!!!!
Tras éste subidón que me da mi compañera de equipo que me hizo caer la lagrimita, llego al avituallamiento del kilómetro 67 donde me dan agua y me dicen que voy el 38 de 198, ni yo mismo me lo creia!!! Controlo la euforia y me planteo llegar al siguiente avituallamiento, el del kilómetro 79.
Serán 12 km muy largos pero justo cuando empiezo a sentir las piernas pesadas veo a quien va en posición 37 con un gesto de absoluto derrotismo, caminando de forma pesada, por lo que lo animo y lo adelanto y continuo con mi ritmo, estoy psicológicamente muy arriba y repetiré la operación 6 veces más.
Ya en km 79 me encuentro con gente del club que ha venido a animar y ponen tal cara de asombro que creo que pensaban que había abandonado, situación lógica habiendo recorrido unos 38 -40 kilómetros en solitario por un recorrido monótono y empezando a anochecer, algo muy duro de afrontar psicológicamente tras 9 horas de carrera. Me dicen que mis compañeros acaban de reemprender la marcha pero sería un suicidio tratar de alcanzarlos
.
Tras saludar a la maravillosa gente de la Villa del Tratado, paro en el kilómetro 79 para tomar fruta y un café que me llega cual maná caído del cielo. Sólo quedan 30 para terminar me digo por fin, aunque mi objetivo es ir al próximo avituallamiento que será en el kilómetro 91, son 12 km y esta lejos. Me dispongo a correr y es cuando los calambres no me dejan continuar. De repente, sin avisar, empiezan a subirse los cuadriceps y los abductores y no me permiten dar un paso, que lejos queda el km 91... decido caminar y encender el frontal. Lo intento de nuevo unos minutos más tarde y ahora si, ahora si que puedo. Vamos!!!! Lo celebro con euforia!!!!
Asi, renqueante y con las pocas fuerzas que me quedan llego al km 91 donde ya no puedo correr, ya mis piernas no quieren mas km. Por mi mente planea el abandono, no puedo correr y yo no quiero arrastrarme hasta el 109 que es donde está la meta. No se que hacer, no quiero arrastrarme, he venido a correr y si no puedo correr, lo dejo. En este momento, salgo a intentar llegar al km 99, al penúltimo avituallamiento, porque sé que si llego allí, por mal que esté llegaré a meta
.
La suerte esta de mi parte cuando me encuentro en el km 93 a Paco, un joven de 49 años de Plasencia que es una máquina, que nos habia arrancado las pegatinas a los desbrozadores de Tordesillas y que su rodilla derecha había obligado a bajar el ritmo. Decidimos ir juntos a meta, pasando por el penultimo avituallamiento donde nos esperan su mujer y mi familia con Irene, artífice de esta gesta. Saludamos a su mujer, tomamos otro cafetillo y afrontamos los últimos 10 km en medio de la soledad más absoluta y la noche más negra.
Así Paco y yo vamos hablando,y a las 00:13 del domingo llegamos a meta. Es que es lo que tienen las carreras, que además de medallas hay otros premios mejores como conocer gente increíble con un espíritu admirable.
A la entrada de Alar del Rey me espera Amanda que me entrega la bandera de Tordesillas, para entrar con ella en meta, homenajeando al sitio que me ha visto convertirme en lo que soy, aguantando los ataques gratuitos como yo he aguantado en esta carrera tan dura.
Reto conseguido, próxima parada : 101 km Peregrinos!!!!
XX TRAVESIA DE LOS MONTES AQUILIANOS.... (47KM, 3800M DESNIVEL ACUMULADO)
...O como correr una carrera sin apenas entrenar su perfil, sin ver siquiera el recorrido ni los avituallamientos y que salga todo a pedir de boca!!!
Hacia tiempo que estaba buscando una carrera de unos 50 km con no demasiado desnivel y esto hizo que me fijase en esta travesía no competitiva.
A las 6 de la mañana, salgo desde Ponferrada, de los últimos, y pronto enfilamos el primer repecho, son las 6:05 y no veas que sudada llevo ya, y yo pensando que haría fresco...
Los primeros 10 km son muy corribles en un sube y baja divertido y con unas vistas espectaculares que, al estar amaneciendo, aumenta la preciosidad de estas montañas bercianas que parecen estar hecho de terciopelo verde oscuro.
Sin apenas darme cuenta y tras estos 10 km llegamos al primer avituallamiento. La verdad es que llevo una hora corriendo muy muy suave y aún así no he dejado de adelantar gente todo el rato, por lo que la moral está por las nubes.
Salgo del primer avituallamiento y si no es por un compañero, me pierdo en carrera, ya que me confundo de camino, la pérdida no ha sido mucha pero más adelante volveré a perderme varias veces y la perdida total será de unos 15 minutos.
Comenzamos este segundo tramo de carrera con otro repecho no muy grande pero si bastante vertical, de esos que cuando no entrenas lo suficiente pica que da gusto y te deja los gemelos soltando lágrimas como puños. Tras la subida, toca correr en un terreno que discurre por la falda de la montaña observando todo el valle, y yo a lo mío, sigo adelantando gente sin pensar en nada más que en mi ritmo cardíaco.
Tras otros 10-11 km llegamos a otro pueblo precioso del Bierzo, con sus pintorescas fachadas de piedra y tejado de negra pizarra, escoltado a su entrada por robles y castaños imposibles de abrazar entre tres hombres.
Ya en el pueblo, nos espera un avituallamiento tipo "boda gitana", dos minutos para repostar, y aquí viene el problema:
Resulta que iba inmerso en un grupo que se desvía para la ruta de 60 km y me quedo sólo para realizar la de 47 km, la señalización no la veo bien y voy en el sentido que no es. Desando el camino y tras coger el camino correcto no veo nada ni a nadie, cuando el avituallamiento estaba lleno de gente y me vuelvo a perder debido a un mal señalizado (o un gracioso que pone una señal que no es en una rama de un árbol), total que entre chorrada y chorrada he perdido más de 10 minutos.
Finalmente me junto a un gallego, un asturiano y una chica que viene de correr Transvulcania, de esto saben un poco. Seguiremos juntos hasta el km 38 salvo la chica que en la bajada nos quita las pegatinas.
Me olvido del tiempo perdido y me pongo a lo mío, a no pensar en el total de kilómetros restantes, sólo a rodar lo más cómodo posible y dosificar al máximo ya que nunca he corrido tantos kilómetros.
Sigo con mi estrategia de ir bajo de pulsaciones y de beber cada 7-8 minutos.
Casi sin darme cuenta llego al tercer avituallamiento, km 29, un sol abrasador y unas nube de moscas terrible. A partir de ahora comienza la bajada y será así hasta llegar a meta.
Mi objetivo en este momento se basa en seguir haciendo todo como hasta ahora, seguir fresco, sin agobios de ningún tipo y sin marcarme metas, porque hasta ahora no he parado de adelantar gente incluso en las subidas que iba andando.
Para variar, después del avituallamiento, esta vez toca llaneo, aquí voy regulando y el que quiera pasar que pase. Tras un par de km de transición toca bajar por senderos y vuelvo a adelantar gente, esta vez son dos personas que me habían adelantado poco antes en una subida pero los cojo y no los volveré a ver hasta poco antes del final.
Entre bajadas y senderos llegamos al último avituallamiento, con fruta fresca y todo tipo de geles y demás. Bebo agua, tiro la basura acumulada en carrera y seguimos. Pronto me doy cuenta de que tienen más gasolina que yo y los tengo que dejar marchar, por lo que quedamos Edgar y yo, el cual tiene serios problemas de calambres y decido dejarlo, (haremos la goma varias veces hasta que lo dejo tres kilómetros más adelante).
Me quedan tres kilómetros pero estos van a ser muy muy largos, con una sangría importante de tiempo. Estoy muy cansado y mis piernas empiezan a pesar lo que no está escrito. Para colmo veo que se aproximan dos corredores que había adelantado hacía 20 km!!! El bajón es total, cuando me cogen veo que no me puedo enganchar a ellos y que la buena carrera se me puede ir a la mierda. Me entra una rabia terrible pero no acaba aquí, veo que a 500-600 metros viene otro corredor. Aprieto con lo que no tengo y empieza un repecho desde la orilla del río, subo andando ligero y veo que el repecho le ha hecho más daño que a mi.
Una señora me indica el camino a seguir, creo que me queda más o menos un kilómetro pero apenas doblo la esquina, veo que estoy muy cerca de meta, los últimos 500 metros aprieto y me doy cuenta de que me he quedado solo. Enfilo la calle todo recto, voy a 3:30 min/km y no sé ni de donde estoy sacando fuerzas, no podía ni andar 15 minutos antes. Entro en meta en 5 horas y 36 minutos en la posición 38 de 325 corredores. Me ha salido un carrerón y lo mejor de todo es que he tenido opciones de entrar en el top 25.
Creo que se me dan mejor las carreras largas, visto lo visto.
Buen examen parcial...
Esa sensación tan placentera de haberlo todo...
Hacia tiempo que estaba buscando una carrera de unos 50 km con no demasiado desnivel y esto hizo que me fijase en esta travesía no competitiva.
A las 6 de la mañana, salgo desde Ponferrada, de los últimos, y pronto enfilamos el primer repecho, son las 6:05 y no veas que sudada llevo ya, y yo pensando que haría fresco...
Los primeros 10 km son muy corribles en un sube y baja divertido y con unas vistas espectaculares que, al estar amaneciendo, aumenta la preciosidad de estas montañas bercianas que parecen estar hecho de terciopelo verde oscuro.
Sin apenas darme cuenta y tras estos 10 km llegamos al primer avituallamiento. La verdad es que llevo una hora corriendo muy muy suave y aún así no he dejado de adelantar gente todo el rato, por lo que la moral está por las nubes.
Salgo del primer avituallamiento y si no es por un compañero, me pierdo en carrera, ya que me confundo de camino, la pérdida no ha sido mucha pero más adelante volveré a perderme varias veces y la perdida total será de unos 15 minutos.
Comenzamos este segundo tramo de carrera con otro repecho no muy grande pero si bastante vertical, de esos que cuando no entrenas lo suficiente pica que da gusto y te deja los gemelos soltando lágrimas como puños. Tras la subida, toca correr en un terreno que discurre por la falda de la montaña observando todo el valle, y yo a lo mío, sigo adelantando gente sin pensar en nada más que en mi ritmo cardíaco.
Tras otros 10-11 km llegamos a otro pueblo precioso del Bierzo, con sus pintorescas fachadas de piedra y tejado de negra pizarra, escoltado a su entrada por robles y castaños imposibles de abrazar entre tres hombres.
Ya en el pueblo, nos espera un avituallamiento tipo "boda gitana", dos minutos para repostar, y aquí viene el problema:
Resulta que iba inmerso en un grupo que se desvía para la ruta de 60 km y me quedo sólo para realizar la de 47 km, la señalización no la veo bien y voy en el sentido que no es. Desando el camino y tras coger el camino correcto no veo nada ni a nadie, cuando el avituallamiento estaba lleno de gente y me vuelvo a perder debido a un mal señalizado (o un gracioso que pone una señal que no es en una rama de un árbol), total que entre chorrada y chorrada he perdido más de 10 minutos.
Finalmente me junto a un gallego, un asturiano y una chica que viene de correr Transvulcania, de esto saben un poco. Seguiremos juntos hasta el km 38 salvo la chica que en la bajada nos quita las pegatinas.
Me olvido del tiempo perdido y me pongo a lo mío, a no pensar en el total de kilómetros restantes, sólo a rodar lo más cómodo posible y dosificar al máximo ya que nunca he corrido tantos kilómetros.
Sigo con mi estrategia de ir bajo de pulsaciones y de beber cada 7-8 minutos.
Casi sin darme cuenta llego al tercer avituallamiento, km 29, un sol abrasador y unas nube de moscas terrible. A partir de ahora comienza la bajada y será así hasta llegar a meta.
Mi objetivo en este momento se basa en seguir haciendo todo como hasta ahora, seguir fresco, sin agobios de ningún tipo y sin marcarme metas, porque hasta ahora no he parado de adelantar gente incluso en las subidas que iba andando.
Para variar, después del avituallamiento, esta vez toca llaneo, aquí voy regulando y el que quiera pasar que pase. Tras un par de km de transición toca bajar por senderos y vuelvo a adelantar gente, esta vez son dos personas que me habían adelantado poco antes en una subida pero los cojo y no los volveré a ver hasta poco antes del final.
Entre bajadas y senderos llegamos al último avituallamiento, con fruta fresca y todo tipo de geles y demás. Bebo agua, tiro la basura acumulada en carrera y seguimos. Pronto me doy cuenta de que tienen más gasolina que yo y los tengo que dejar marchar, por lo que quedamos Edgar y yo, el cual tiene serios problemas de calambres y decido dejarlo, (haremos la goma varias veces hasta que lo dejo tres kilómetros más adelante).
Me quedan tres kilómetros pero estos van a ser muy muy largos, con una sangría importante de tiempo. Estoy muy cansado y mis piernas empiezan a pesar lo que no está escrito. Para colmo veo que se aproximan dos corredores que había adelantado hacía 20 km!!! El bajón es total, cuando me cogen veo que no me puedo enganchar a ellos y que la buena carrera se me puede ir a la mierda. Me entra una rabia terrible pero no acaba aquí, veo que a 500-600 metros viene otro corredor. Aprieto con lo que no tengo y empieza un repecho desde la orilla del río, subo andando ligero y veo que el repecho le ha hecho más daño que a mi.
Una señora me indica el camino a seguir, creo que me queda más o menos un kilómetro pero apenas doblo la esquina, veo que estoy muy cerca de meta, los últimos 500 metros aprieto y me doy cuenta de que me he quedado solo. Enfilo la calle todo recto, voy a 3:30 min/km y no sé ni de donde estoy sacando fuerzas, no podía ni andar 15 minutos antes. Entro en meta en 5 horas y 36 minutos en la posición 38 de 325 corredores. Me ha salido un carrerón y lo mejor de todo es que he tenido opciones de entrar en el top 25.
Creo que se me dan mejor las carreras largas, visto lo visto.
Buen examen parcial...
Esa sensación tan placentera de haberlo todo...
PRÓXIMO OBJETIVO: CASTILLA ULTRA RACE 107K!!!!
ALTO SIL 2015...
...o como luchar contra tí mismo cuando tú eres tu propio tío del mazo.
Tras unos días nervioso, me planto en Santa Cruz del Sil, un enclave precioso del Alto Bierzo. Allí nos esperaban según la organización 34,4 km y 4000m de desnivel.
A las 9 salimos de Santa Cruz del Sil, un poco agobiado. (Quizá el hacerme una idea de la totalidad del objetivo hizo que me agobiase un poco, por lo que traté de dividirlo en segmentos más asequibles.)
El primer objetivo seria llegar a lo alto de El Muro lo más entero posible tras un sube y baja brutal, en la que se acumulan muchos metros de desnivel.
La primera subida a la Chanada me la tomo con calma y aún así logro adelantar a gente, si bien no era el objetivo. Llegamos a lo alto de la Chanada para comenzar a bajar por una zona que rozaba al verticalidad de piedras muy sueltas y barro muy resbaladizo. Me siento cansado y empiezo a pensarlo demasiado.
Tras la bajada tenemos que cruzar un pequeño riachuelo (sería el primero de muchos, alto sil es sinónimo de agua y barro) para llegar a El Muro, un cortafuegos en el que en menos de 1 kilómetro subes mas de 400 metros, no miro arriba, tan solo agacho la cabeza y doy un paso tras otro pues mi mente me estaba literalmente haciendo polvo. Tras coronar el muro, primer avituallamiento, miro el reloj y llevaba 53 minutos, no iba mal para lo reservado que quería ser.
Me pongo en marcha otra vez para enfilar otra bajada pronunciada, si bien más llevadera que desemboca en una pista que nos permite correr a buen ritmo, dentro de lo que cabe, pues los cuádriceps los noto entumecidos.
Pasado un rato de bajón mental, me dirijo a Páramo del Sil, una aldea preciosa en la que la gente te anima, te hace fotos y te lleva en volandas hasta el segundo avituallamiento. Me voy como un loco a la bebida isotónica, los plátanos y... las pasas? algo no va bien. Llevo 1 hora y 28 minutos corriendo, a este paso llego en 4h y media (iluso...)
Tras el repostaje, nos espera una subida larga pero no muy pronunciada (salvo algún pequeño tramo) hasta el Alto de la Campona. La subida discurre mayormente entre robles, posteriormente escobas y por ultimo nieve hielo. Hace mucho frio, estoy verdaderamente muy mal, muy muy mareado y me planteo seriamente abandonar (seria la 7ª u 8ª vez que en serio me planteo que no puedo) así que trato de engañar a mi mente proponiendo el trato de valorarlo en el avituallamiento.
Veo de lejos el avituallamiento, me encuentro muy mal (sobre todo psicológicamente, pues el físico me acompaña y no siento molestias de nada) corro al puesto de control como alma que lleva el diablo para tomar un gel de azucares y un poco de isotónica, lleno la mochila de agua, (más que nada por precaución).
Llevo dos horas y media andando y corriendo lo que puedo y me doy cuenta de mi gran error: con los nervios he desayunado poco, un zumo de naranja y un café y durante la carrera no he ingerido nada salvo medio plátano y media docena de pasas. Al tomar el gel, me doy cuenta de que la mente se pone en su estado normal (positivo).
A los pocos instantes de tomar el gel y algo de agua me encuentro bien y los bajones no vuelven, sé que el próximo tramo es de bajada hasta el Pico Negro, corro todo lo que puedo hasta llegar a hasta llegar a otro pueblo precioso, como todos los de la zona, Primout.
Primout es una aldea semiabandonada cuyo nombre se lo presta el rio Primout. Allí más voluntarios nos reponen en un nuevo avituallamiento para dirigirnos hasta Braña de Santa Cruz, donde llegaremos corriendo a buen ritmo pues es tras esta aldea donde nos espera el tan temido Pico Negro
.
Ya en Braña de Santa Cruz paramos a tomar un poco de agua y un gel para cruzar un río con la ayuda de una cuerda, no sé si son mis piernas o el río que tiene mucha fuerza. El agua me calma y me da vida. A por el pico negro!!! que ganas le tengo!!!! Eduardo Flecha me había advertido de su dureza y ahora, crecido psicológicamente, voy a por todas.
Comienzo la subida cuando llevo 3h 45min de carrera. La subida es brutal, muy vertical de repente, no avisa, simplemente te obliga a ayudarte en un primer tramo de los robles de su base, y posteriormente a ayudarte de las manos. Me recuerda mucho al Catoute, te exprime poco a poco y cuando crees que lo tienes, todavía te queda otra mitad. Muy vertical.
En mitad de la subida siento varios mareos, me tengo que parar y la sombra de un bajón me acecha, hasta que un hombre encaramado a su cima me anima. Tardo 40 minutos en subir, muchisimo y aún asi he adelantado a tres o cuatro. Siguen los mareos y ahora acompañado de un tremendo dolor de cabeza.
Al llegar a la cima, el viento fresco me espabila aunque sigue el dolor de cabeza, tremendo. Enfilo la bajada y pienso en lo que me queda, tan solo 5 km ausentes de subidas.
Me encuentro solo, los que van por delante no los veo y los de detrás están muy atrás. Me veo animado, encuentro pista con piedras sueltas y algo de nieve pero ideal para correr, corro lo que puedo pues los cuádriceps me duelen en cada zancada, creo que Alto Sil será otra muesca más en la culata.
A poco mas de 3 km de meta me encuentro un avituallamiento con el que no contaba del todo, tomo algo rápido, doy las gracias a todos los voluntarios y enfilo la ultima bajada. Ya queda poco, puedo imaginar el griterio del pueblo.
Llego a los aledaños de Santa Cruz donde me indican que no me quedan más de 300 metros, aprieto, entro en el pueblo, giro a la derecha y entro en meta.
Estoy realmente emocionado, no por haber logrado llegar, por haber logrado vencer a mi propia mente que es la que me ayuda cuando mi cuerpo no responde. Hoy fue al contrario pero volví a ganar. Objetivo cumplido!!!!!
CONCLUSIÓN: Quizá es clarísima. Si nos planteamos un objetivo en su totalidad podemos agobiarnos, es lo que me ocurrió, comencé a pensar que eran 33 km cuando realmente los he corrido un montón de veces. Dividir objetivos, esforzarse al máximo y creer en uno mismo. Fundamental para cualquier objetivo en la vida.
Tras unos días nervioso, me planto en Santa Cruz del Sil, un enclave precioso del Alto Bierzo. Allí nos esperaban según la organización 34,4 km y 4000m de desnivel.
A las 9 salimos de Santa Cruz del Sil, un poco agobiado. (Quizá el hacerme una idea de la totalidad del objetivo hizo que me agobiase un poco, por lo que traté de dividirlo en segmentos más asequibles.)
El primer objetivo seria llegar a lo alto de El Muro lo más entero posible tras un sube y baja brutal, en la que se acumulan muchos metros de desnivel.
La primera subida a la Chanada me la tomo con calma y aún así logro adelantar a gente, si bien no era el objetivo. Llegamos a lo alto de la Chanada para comenzar a bajar por una zona que rozaba al verticalidad de piedras muy sueltas y barro muy resbaladizo. Me siento cansado y empiezo a pensarlo demasiado.
Tras la bajada tenemos que cruzar un pequeño riachuelo (sería el primero de muchos, alto sil es sinónimo de agua y barro) para llegar a El Muro, un cortafuegos en el que en menos de 1 kilómetro subes mas de 400 metros, no miro arriba, tan solo agacho la cabeza y doy un paso tras otro pues mi mente me estaba literalmente haciendo polvo. Tras coronar el muro, primer avituallamiento, miro el reloj y llevaba 53 minutos, no iba mal para lo reservado que quería ser.
Me pongo en marcha otra vez para enfilar otra bajada pronunciada, si bien más llevadera que desemboca en una pista que nos permite correr a buen ritmo, dentro de lo que cabe, pues los cuádriceps los noto entumecidos.
Pasado un rato de bajón mental, me dirijo a Páramo del Sil, una aldea preciosa en la que la gente te anima, te hace fotos y te lleva en volandas hasta el segundo avituallamiento. Me voy como un loco a la bebida isotónica, los plátanos y... las pasas? algo no va bien. Llevo 1 hora y 28 minutos corriendo, a este paso llego en 4h y media (iluso...)
Tras el repostaje, nos espera una subida larga pero no muy pronunciada (salvo algún pequeño tramo) hasta el Alto de la Campona. La subida discurre mayormente entre robles, posteriormente escobas y por ultimo nieve hielo. Hace mucho frio, estoy verdaderamente muy mal, muy muy mareado y me planteo seriamente abandonar (seria la 7ª u 8ª vez que en serio me planteo que no puedo) así que trato de engañar a mi mente proponiendo el trato de valorarlo en el avituallamiento.
Veo de lejos el avituallamiento, me encuentro muy mal (sobre todo psicológicamente, pues el físico me acompaña y no siento molestias de nada) corro al puesto de control como alma que lleva el diablo para tomar un gel de azucares y un poco de isotónica, lleno la mochila de agua, (más que nada por precaución).
Llevo dos horas y media andando y corriendo lo que puedo y me doy cuenta de mi gran error: con los nervios he desayunado poco, un zumo de naranja y un café y durante la carrera no he ingerido nada salvo medio plátano y media docena de pasas. Al tomar el gel, me doy cuenta de que la mente se pone en su estado normal (positivo).
A los pocos instantes de tomar el gel y algo de agua me encuentro bien y los bajones no vuelven, sé que el próximo tramo es de bajada hasta el Pico Negro, corro todo lo que puedo hasta llegar a hasta llegar a otro pueblo precioso, como todos los de la zona, Primout.
Primout es una aldea semiabandonada cuyo nombre se lo presta el rio Primout. Allí más voluntarios nos reponen en un nuevo avituallamiento para dirigirnos hasta Braña de Santa Cruz, donde llegaremos corriendo a buen ritmo pues es tras esta aldea donde nos espera el tan temido Pico Negro
.
Ya en Braña de Santa Cruz paramos a tomar un poco de agua y un gel para cruzar un río con la ayuda de una cuerda, no sé si son mis piernas o el río que tiene mucha fuerza. El agua me calma y me da vida. A por el pico negro!!! que ganas le tengo!!!! Eduardo Flecha me había advertido de su dureza y ahora, crecido psicológicamente, voy a por todas.
Comienzo la subida cuando llevo 3h 45min de carrera. La subida es brutal, muy vertical de repente, no avisa, simplemente te obliga a ayudarte en un primer tramo de los robles de su base, y posteriormente a ayudarte de las manos. Me recuerda mucho al Catoute, te exprime poco a poco y cuando crees que lo tienes, todavía te queda otra mitad. Muy vertical.
En mitad de la subida siento varios mareos, me tengo que parar y la sombra de un bajón me acecha, hasta que un hombre encaramado a su cima me anima. Tardo 40 minutos en subir, muchisimo y aún asi he adelantado a tres o cuatro. Siguen los mareos y ahora acompañado de un tremendo dolor de cabeza.
Al llegar a la cima, el viento fresco me espabila aunque sigue el dolor de cabeza, tremendo. Enfilo la bajada y pienso en lo que me queda, tan solo 5 km ausentes de subidas.
Me encuentro solo, los que van por delante no los veo y los de detrás están muy atrás. Me veo animado, encuentro pista con piedras sueltas y algo de nieve pero ideal para correr, corro lo que puedo pues los cuádriceps me duelen en cada zancada, creo que Alto Sil será otra muesca más en la culata.
A poco mas de 3 km de meta me encuentro un avituallamiento con el que no contaba del todo, tomo algo rápido, doy las gracias a todos los voluntarios y enfilo la ultima bajada. Ya queda poco, puedo imaginar el griterio del pueblo.
Llego a los aledaños de Santa Cruz donde me indican que no me quedan más de 300 metros, aprieto, entro en el pueblo, giro a la derecha y entro en meta.
Estoy realmente emocionado, no por haber logrado llegar, por haber logrado vencer a mi propia mente que es la que me ayuda cuando mi cuerpo no responde. Hoy fue al contrario pero volví a ganar. Objetivo cumplido!!!!!
CONCLUSIÓN: Quizá es clarísima. Si nos planteamos un objetivo en su totalidad podemos agobiarnos, es lo que me ocurrió, comencé a pensar que eran 33 km cuando realmente los he corrido un montón de veces. Dividir objetivos, esforzarse al máximo y creer en uno mismo. Fundamental para cualquier objetivo en la vida.
BATALLONA DE SOMIEDO 2014
... O cómo disfrutar de una carrera en la que la deportividad reina por encima de todo.
La llegada al Alto de la Farrapona entre niebla y lluvia no me hacían ser optimista.
El preámbulo de la prueba oscurecía el horizonte del equipo de León al ver como nuestro arco de salida (había un arco por equipo) se desinflaba al mismo tiempo que aumentaba de volumen el Himno de Asturias. Cuenta atrás y … comenzamos!!!
Tenía la certeza de que el miedo de algunos a caerse podía suponer verme atrapado en tapones por lo que el primer kilometro tenía que ser muy rápido y vaya si lo fue, 3’16”! quizá demasiado, comprobando que el primer repecho me hacía daño … Pero bueno, ya estaba hecho y había que seguir! Parecía que la carrera me iba a dar un primer premio, correr un par de minutos al lado de Salva Calvo, el capitán de León!
Después de un primer km rápido vendrían dos de subida durilla, pero no contaba con tener los gemelos a punto de estallar (llevaba 3km y mis gemelos pidiendo auxilio, no podía ser!!!) Entretanto primer avituallamiento, un trago de agua y a refrescar gemelos para seguir tirando y evitar los tan temidos tapones corriendo por una moqueta verde que parecía no tener fin.
En estas ya estamos en el km 7, atrapado entre un montón de gente que me adelantó y que ahora está jurando en hebreo porque se resbala y tiene miedo de caer. Miro el reloj y veo que estoy fuera del tiempo que me había marcado, hay que apretar pero con cabeza, vamos!!!
Tardo casi 22 minutos en hacer apenas 2km.
Mierda!!! a este paso no bajo ni un segundo del tiempo del año pasado ,2h20min y me digo “DE FORMA EPICA SIEMPRE ES MAS BONITO, A FUEGO!” En estas llego al segundo avituallamiento, mordisco de naranja y trago de agua, viene lo bueno!!!
Tras un kilometro de transición en el que las lluvias caídas no permitían correr con toda la alegría que me gustaría, entramos en la pista en el que un camino ancho con piedras. Aquí me voy a divertir, pensé cuando me veo con los huesos en el suelo tras un resbalón, me levanto rápido sin dar opción de que me adelante siquiera un corredor más, aquí soy yo el que adelanta y punto!!! Vamos!!!
Queda media carrera y de burro trotón hay que pasar a purasangre si quiero bajar mi marca.
Veo que tras la caída no me duele más que algún rasguño y empiezan a salir parciales de menos de 4,30”. Me digo a mi mismo, “baila con las rocas del suelo y vuela…”
La jugada sale de momento bien, voy mejorando el ritmo y observo un grupo de tres corredores que miran hacia atrás… Este es mi momento y cuando quiero darme cuenta estoy encima de ellos, aguanto el ritmo en un repecho pequeño y en cuanto comienza la bajada otra vez no dudo, los dejo muy atrás en apenas unos segundos.
Hay más gente adelante, a por ellos! Parece que me quieran esperar, pero yo no espero, no dudo, no perdono y ya quedan atrás también. Miro el reloj, sigo en el ritmo marcado y pierdo la cuenta de los que he adelantado, creo que voy mejor que el año pasado, pienso.
Llegamos al Valle de Lago, lugar donde me alojo, donde Nacho y su familia me tratan a cuerpo de rey. En el avituallamiento echo un trago de agua rápido y sigo con mi trabajo, he adelantado a muchos pero sigo sediento de sangre.
Lo primero es una pequeña cuestecilla hacia arriba que se transforma en una ligera piscina de barro hacia abajo, algunos dudan y eso les condena a ser adelantados irremediablemente, otros más al zurrón. Compruebo esta vez, con sorpresa que me faltan todavía 15 minutos para las dos horas de carrera y me quedan unos 5 km. Mejorar la marca es posible y a por ello me tiro a tumba abierta.
Los caminos anchos, con barro y piedras que me dan confiana y ni siquiera me molesto en pisar donde menos agua haya, por lo que, mientras algunos miran al suelo yo miro al siguiente corredor, que ya mira hacia atrás y que se sabe que no habrá piedad.
Durante los últimos 3km veo como la chispa se me apaga aunque sigo a mis humildes 4 minutos y poco, serán cosas mías. El ultimo avituallamiento está cerca, casi lo huelo, ya veo la curva de la carretera y acelero, adelanto a otros dos mas, me marco un 3´50” y me paro a beber agua. Han sido menos de 10 segundos y esos dos corredores me han adelantado, así que me lanzo a por ellos. Sin embargo mi pie izquierdo me dice basta, se queja entre alaridos de las terribles ampollas causadas por la humedad y algún mal apoyo (después me daría cuenta que además lo tengo bastante inflamado y amoratado).
Intento apretar pero no consigo darlos caza, los pierdo en la ultima bajada, me duele demasiado el pie y los cuádriceps los tengo muy muy cargados, cosas de vivir en la meseta…
Volvemos a salir a la carretera, donde adelanto a otros 5 corredores y me adentro en el último sendero, ya se oye a la gente en Pola de Somiedo rendir homenaje a los llegados, diviso el cementerio y a cuatro corredores desperdigados, miran atrás casi a la vez dubitativos, pero la duda y el perdón no caben en mi cabeza, adelanto a uno y antes de girar a la derecha ya cae el segundo, me subo a la acera para adelantar a otro y cruzo la meta.
Al final 2h5’45”, 15 minutos menos que el año pasado y 147 puestos más arriba, muy satisfecho! Ah, y con la victoria del equipo por primera vez desde que se abrieran las hostilidades deportivas entre León y Asturias. En esta guerra todos ganamos!!! Puxa Asturies, Puxa León!!!
Me encanta esta carrera!!!!
La llegada al Alto de la Farrapona entre niebla y lluvia no me hacían ser optimista.
El preámbulo de la prueba oscurecía el horizonte del equipo de León al ver como nuestro arco de salida (había un arco por equipo) se desinflaba al mismo tiempo que aumentaba de volumen el Himno de Asturias. Cuenta atrás y … comenzamos!!!
Tenía la certeza de que el miedo de algunos a caerse podía suponer verme atrapado en tapones por lo que el primer kilometro tenía que ser muy rápido y vaya si lo fue, 3’16”! quizá demasiado, comprobando que el primer repecho me hacía daño … Pero bueno, ya estaba hecho y había que seguir! Parecía que la carrera me iba a dar un primer premio, correr un par de minutos al lado de Salva Calvo, el capitán de León!
Después de un primer km rápido vendrían dos de subida durilla, pero no contaba con tener los gemelos a punto de estallar (llevaba 3km y mis gemelos pidiendo auxilio, no podía ser!!!) Entretanto primer avituallamiento, un trago de agua y a refrescar gemelos para seguir tirando y evitar los tan temidos tapones corriendo por una moqueta verde que parecía no tener fin.
En estas ya estamos en el km 7, atrapado entre un montón de gente que me adelantó y que ahora está jurando en hebreo porque se resbala y tiene miedo de caer. Miro el reloj y veo que estoy fuera del tiempo que me había marcado, hay que apretar pero con cabeza, vamos!!!
Tardo casi 22 minutos en hacer apenas 2km.
Mierda!!! a este paso no bajo ni un segundo del tiempo del año pasado ,2h20min y me digo “DE FORMA EPICA SIEMPRE ES MAS BONITO, A FUEGO!” En estas llego al segundo avituallamiento, mordisco de naranja y trago de agua, viene lo bueno!!!
Tras un kilometro de transición en el que las lluvias caídas no permitían correr con toda la alegría que me gustaría, entramos en la pista en el que un camino ancho con piedras. Aquí me voy a divertir, pensé cuando me veo con los huesos en el suelo tras un resbalón, me levanto rápido sin dar opción de que me adelante siquiera un corredor más, aquí soy yo el que adelanta y punto!!! Vamos!!!
Queda media carrera y de burro trotón hay que pasar a purasangre si quiero bajar mi marca.
Veo que tras la caída no me duele más que algún rasguño y empiezan a salir parciales de menos de 4,30”. Me digo a mi mismo, “baila con las rocas del suelo y vuela…”
La jugada sale de momento bien, voy mejorando el ritmo y observo un grupo de tres corredores que miran hacia atrás… Este es mi momento y cuando quiero darme cuenta estoy encima de ellos, aguanto el ritmo en un repecho pequeño y en cuanto comienza la bajada otra vez no dudo, los dejo muy atrás en apenas unos segundos.
Hay más gente adelante, a por ellos! Parece que me quieran esperar, pero yo no espero, no dudo, no perdono y ya quedan atrás también. Miro el reloj, sigo en el ritmo marcado y pierdo la cuenta de los que he adelantado, creo que voy mejor que el año pasado, pienso.
Llegamos al Valle de Lago, lugar donde me alojo, donde Nacho y su familia me tratan a cuerpo de rey. En el avituallamiento echo un trago de agua rápido y sigo con mi trabajo, he adelantado a muchos pero sigo sediento de sangre.
Lo primero es una pequeña cuestecilla hacia arriba que se transforma en una ligera piscina de barro hacia abajo, algunos dudan y eso les condena a ser adelantados irremediablemente, otros más al zurrón. Compruebo esta vez, con sorpresa que me faltan todavía 15 minutos para las dos horas de carrera y me quedan unos 5 km. Mejorar la marca es posible y a por ello me tiro a tumba abierta.
Los caminos anchos, con barro y piedras que me dan confiana y ni siquiera me molesto en pisar donde menos agua haya, por lo que, mientras algunos miran al suelo yo miro al siguiente corredor, que ya mira hacia atrás y que se sabe que no habrá piedad.
Durante los últimos 3km veo como la chispa se me apaga aunque sigo a mis humildes 4 minutos y poco, serán cosas mías. El ultimo avituallamiento está cerca, casi lo huelo, ya veo la curva de la carretera y acelero, adelanto a otros dos mas, me marco un 3´50” y me paro a beber agua. Han sido menos de 10 segundos y esos dos corredores me han adelantado, así que me lanzo a por ellos. Sin embargo mi pie izquierdo me dice basta, se queja entre alaridos de las terribles ampollas causadas por la humedad y algún mal apoyo (después me daría cuenta que además lo tengo bastante inflamado y amoratado).
Intento apretar pero no consigo darlos caza, los pierdo en la ultima bajada, me duele demasiado el pie y los cuádriceps los tengo muy muy cargados, cosas de vivir en la meseta…
Volvemos a salir a la carretera, donde adelanto a otros 5 corredores y me adentro en el último sendero, ya se oye a la gente en Pola de Somiedo rendir homenaje a los llegados, diviso el cementerio y a cuatro corredores desperdigados, miran atrás casi a la vez dubitativos, pero la duda y el perdón no caben en mi cabeza, adelanto a uno y antes de girar a la derecha ya cae el segundo, me subo a la acera para adelantar a otro y cruzo la meta.
Al final 2h5’45”, 15 minutos menos que el año pasado y 147 puestos más arriba, muy satisfecho! Ah, y con la victoria del equipo por primera vez desde que se abrieran las hostilidades deportivas entre León y Asturias. En esta guerra todos ganamos!!! Puxa Asturies, Puxa León!!!
Me encanta esta carrera!!!!
II BIOSFERA TRAIL
Una vez más, volvemos a estar en Ciñera de Gordón para volver a los orígenes, a la carrera que me vio empezar en este mundo.
A las 9:00 se hace un homenaje a los mineros fallecidos en la mina de Llombera de Gordón y se canta el Santa Barbara bendita que me pone los pelos como escarpias y me recuerda la magia de esta carrera que algún dia no tardando mucho será muy muy grande.
Creo que se me atragantó un año más aunque bajase una hora el tiempo del año anterior. El gps se volvió loco literalmente al marcar 2750 metros positivos y otros tantos negativos, creo que no hay tantos. El recorrido fue el mismo que el año anterior, y con el bagaje del año anterior pude resolver mejor la prueba si bien tuve varios momentos de debilidad que lo pude afrontar con las herramientas psicológicas adecuadas como son el fraccionar objetivos, pensando sólo en el siguiente avituallamiento.
Creo que el tema del bajón de rendimiento, no se si pájara o que fue porque en un momento dado estaba a tope de pulsaciones y muy muy debil, con una cara de mal color como me asegurarían después en meta. De haberme visto en un espejo habría abandonado o parado al menos a recuperar, no tiene sentido perder la salud de esta forma.
La crónica post carrera relataba mis sensaciones durante las horas de la carrera y posteriores:
Dia post Biosfera trail:
La verdad es que se me hizo larga, los primeros 14km los disfrute mucho, pero a partir del km 21 creo que un pajarón me hizo ir a remolque, con la sensación de que el cuerpo me pesaba una tonelada y cierto mareo, bloqueo mental que no te deja pensar con claridad y los cuadriceps a punto de estallar.
Lo cierto es que el Pico Cuchillar se me hizo duro pero el cresteo de La Cruz fue terrible, un desgaste psicológico tremendo, y la verdad es que creo que no estaba preparado para superar los 5500m de desnivel que me marcaba el pulsometro, el cuerpo me pedia abandonar durante los últimos 6-7 km pero la entrada a meta se veia cercana y tenia que recoger la medalla de finisher.
La Biosfera trail es, a mi modo de ver la carrera mas dura en su segmento, y cuando ves que este año han vuelto a abandonar 39 personas, es que terminarla tiene cierto mérito.
Pd: La organización decidió establecer un control de paso de 5h en el último avituallamiento siendo un poco flexible. Hubo quién se enfadó por tal medida, yo creó que fue lo correcto si bien yo hubiese planteado un cierre a mitad más que en el tramo final. Creo, en la opinión de quién llegó el último la primera edición sobrepasando ese límite con creces,que no pueden permitir tener a gente perdida en el monte más de 6 horas, es un riesgo para los corredores que no deben asumir si no queremos lamentar daños personales.
A las 9:00 se hace un homenaje a los mineros fallecidos en la mina de Llombera de Gordón y se canta el Santa Barbara bendita que me pone los pelos como escarpias y me recuerda la magia de esta carrera que algún dia no tardando mucho será muy muy grande.
Creo que se me atragantó un año más aunque bajase una hora el tiempo del año anterior. El gps se volvió loco literalmente al marcar 2750 metros positivos y otros tantos negativos, creo que no hay tantos. El recorrido fue el mismo que el año anterior, y con el bagaje del año anterior pude resolver mejor la prueba si bien tuve varios momentos de debilidad que lo pude afrontar con las herramientas psicológicas adecuadas como son el fraccionar objetivos, pensando sólo en el siguiente avituallamiento.
Creo que el tema del bajón de rendimiento, no se si pájara o que fue porque en un momento dado estaba a tope de pulsaciones y muy muy debil, con una cara de mal color como me asegurarían después en meta. De haberme visto en un espejo habría abandonado o parado al menos a recuperar, no tiene sentido perder la salud de esta forma.
La crónica post carrera relataba mis sensaciones durante las horas de la carrera y posteriores:
Dia post Biosfera trail:
La verdad es que se me hizo larga, los primeros 14km los disfrute mucho, pero a partir del km 21 creo que un pajarón me hizo ir a remolque, con la sensación de que el cuerpo me pesaba una tonelada y cierto mareo, bloqueo mental que no te deja pensar con claridad y los cuadriceps a punto de estallar.
Lo cierto es que el Pico Cuchillar se me hizo duro pero el cresteo de La Cruz fue terrible, un desgaste psicológico tremendo, y la verdad es que creo que no estaba preparado para superar los 5500m de desnivel que me marcaba el pulsometro, el cuerpo me pedia abandonar durante los últimos 6-7 km pero la entrada a meta se veia cercana y tenia que recoger la medalla de finisher.
La Biosfera trail es, a mi modo de ver la carrera mas dura en su segmento, y cuando ves que este año han vuelto a abandonar 39 personas, es que terminarla tiene cierto mérito.
Pd: La organización decidió establecer un control de paso de 5h en el último avituallamiento siendo un poco flexible. Hubo quién se enfadó por tal medida, yo creó que fue lo correcto si bien yo hubiese planteado un cierre a mitad más que en el tramo final. Creo, en la opinión de quién llegó el último la primera edición sobrepasando ese límite con creces,que no pueden permitir tener a gente perdida en el monte más de 6 horas, es un riesgo para los corredores que no deben asumir si no queremos lamentar daños personales.
BATALLONA 2013
O como aprender a base de golpes...
Una vez recuperado de la I Biosfera Trail y, lejos de rendirme o sentirme desilusionado por haber terminado el último en mi primera carrera por montaña, vuelvo a entrenar para volver a la carga el 7 de Julio en una carrera como no hay otra, La Batallona de Somiedo.
Se trata de una lucha entre asturianos y leoneses, por lo que hoy no corremos sólos, hoy corremos en equipo, hoy corremos por León pues me junto en Pola de Somiedo con amigos de la talla de Eduardo Flecha y Pablo, auténticos espejos en quien mirarme.
Tras llegar la noche anterior, cogemos un bus en Pola de Somiedo a las 9:00 de la mañana que nos subirá al Alto de la Farrapona para comenzar la lucha.
A las 11:00 y tras escuchar los himnos de ambos equipos, comenzamos.
Se trata de una carrera divertida, en la que se suben 500m y se bajan 1500m, desde el Alto de la Farrapona, llegaremos a Pola de Somiedo tras 23 km.
Al principio comienzo bien, ya que el primer tramo es bajada hasta que llega el primer repecho serio, alli tengo que echar las manos a las rodillas y aguantar como sea, sé que mi objetivo es disfrutar... y no llegar el último.
Poco a poco voy llegando arriba, estoy dosificando bien y según me dijeron esta carrera es mucho más sencilla que la Biosfera... además ... he entrenado tres meses bastante bien y eso suele dar resultado.
Una vez terminado el repecho llegas a un prado verde sin fin como sólo puede darse en Asturias, auténtico paraíso para los que nos gusta la madre natura.
Yo me veo fresco, he salido con cabeza y llevo desde el principio adelantando gente.
Casi a mitad de carrera empiezo a notar los primeros síntomas... es lo que tiene ser corredor novato, aprender a base de caídas en la certeza...
Me veo realmente muy muy bien, fuerte, confiado, disfrutando del recorrido y de la carrera como nunca, pues adelanto a rivales continuamente y me veo rápido, si puede decirse ir rápido a ritmos como los míos.
La segunda mitad de la carrera discurre cuesta abajo, en un falso llano que te facilita avanzar, y para mayor comodidad vamos corriendo al abrigo de la sombra que ofrece la arboleda.
En el último avituallamiento veo que, empujado por la emoción de hacer buena carrera, he aumentado el ritmo y en la parte final se me atraganta algún pequeño repecho. De pronto, oigo, a la gente reunida en Pola de Somiedo, jalear a los corredores que van llegando, quedarán como máximo 500 metros por lo que me dispongo a no perder de vista el suelo hasta pisar ya la primera calle de Pola, ahora si, aprieto y adelanto a un par de corredores más. Como he disfrutado, buena posición, sobre mitad de la tabla y buen tiempo que a priori, no me habia propuesto marca, pues no es mi estilo.
Es una satisfacción que no se puede describir con palabras esto de cruzar la meta, de hacer una buena carrera, de conseguir el objetivo marcado.
Una vez recuperado de la I Biosfera Trail y, lejos de rendirme o sentirme desilusionado por haber terminado el último en mi primera carrera por montaña, vuelvo a entrenar para volver a la carga el 7 de Julio en una carrera como no hay otra, La Batallona de Somiedo.
Se trata de una lucha entre asturianos y leoneses, por lo que hoy no corremos sólos, hoy corremos en equipo, hoy corremos por León pues me junto en Pola de Somiedo con amigos de la talla de Eduardo Flecha y Pablo, auténticos espejos en quien mirarme.
Tras llegar la noche anterior, cogemos un bus en Pola de Somiedo a las 9:00 de la mañana que nos subirá al Alto de la Farrapona para comenzar la lucha.
A las 11:00 y tras escuchar los himnos de ambos equipos, comenzamos.
Se trata de una carrera divertida, en la que se suben 500m y se bajan 1500m, desde el Alto de la Farrapona, llegaremos a Pola de Somiedo tras 23 km.
Al principio comienzo bien, ya que el primer tramo es bajada hasta que llega el primer repecho serio, alli tengo que echar las manos a las rodillas y aguantar como sea, sé que mi objetivo es disfrutar... y no llegar el último.
Poco a poco voy llegando arriba, estoy dosificando bien y según me dijeron esta carrera es mucho más sencilla que la Biosfera... además ... he entrenado tres meses bastante bien y eso suele dar resultado.
Una vez terminado el repecho llegas a un prado verde sin fin como sólo puede darse en Asturias, auténtico paraíso para los que nos gusta la madre natura.
Yo me veo fresco, he salido con cabeza y llevo desde el principio adelantando gente.
Casi a mitad de carrera empiezo a notar los primeros síntomas... es lo que tiene ser corredor novato, aprender a base de caídas en la certeza...
Me veo realmente muy muy bien, fuerte, confiado, disfrutando del recorrido y de la carrera como nunca, pues adelanto a rivales continuamente y me veo rápido, si puede decirse ir rápido a ritmos como los míos.
La segunda mitad de la carrera discurre cuesta abajo, en un falso llano que te facilita avanzar, y para mayor comodidad vamos corriendo al abrigo de la sombra que ofrece la arboleda.
En el último avituallamiento veo que, empujado por la emoción de hacer buena carrera, he aumentado el ritmo y en la parte final se me atraganta algún pequeño repecho. De pronto, oigo, a la gente reunida en Pola de Somiedo, jalear a los corredores que van llegando, quedarán como máximo 500 metros por lo que me dispongo a no perder de vista el suelo hasta pisar ya la primera calle de Pola, ahora si, aprieto y adelanto a un par de corredores más. Como he disfrutado, buena posición, sobre mitad de la tabla y buen tiempo que a priori, no me habia propuesto marca, pues no es mi estilo.
Es una satisfacción que no se puede describir con palabras esto de cruzar la meta, de hacer una buena carrera, de conseguir el objetivo marcado.
Nada más llegar, me encuentro con mis amigos Eduardo y Pablo, nos vamos a reposar los pies en agua que falta me hace. Alli brindaremos con agua mineral, a mi estilo!!!
Pd: Resulta que se me olvidó cortarme las uñas y, al no tenerlas bien cortadas y con las bajadas, los continuos impactos de los dedos con la parte delantera de la zapatilla, hicieron que llegara a dolerme muchísimo durante la carrera. Ya en meta me miré los dedos pues llegué a pensar que se me habían caído las uñas por el camino de tanto dolor que tenía. Cuando me quité las zapatillas tenían un color blanco que me hicieron sospechar que se caerían...
Lo que no pensaba es que por la noche me tendría que tomar un calmante para el dolor pues ni rozarme las sabanas podía, y notaba cada latido del corazón en ellas, perdí tres uñas y dos quedaron malheridas...
No he vuelto a olvidar cortarme las uñas antes de una carrera o incluso de una tirada larga.
I BIOSFERA TRAIL, EL PRINCIPIO DEL COMIENZO...
... o como jugarse el pellejo cuando no estás preparado.
Tras la citada excursión con amigos del trabajo al Fontañán, decido hacer caso a Eduardo Flecha y probar la idea de correr (o intentarlo) por la montaña. Así, tras superar unas molestias y posteriormente salir a rodar durante dos semanas, decido personarme en el pueblo leonés de Ciñera de Gordón, a correr la primera edición de Biosfera Trail, una carrera que discurre por la Reserva de la Biosfera Alto Bernesga, lo cual no hubiese hecho de haber escuchado al compañero Flecha y haber tenido en cuenta que superar 4400 metros de desnivel no son subir las escaleras de casa.
La carrera en Ciñera de Gordón, pequeña población minera, cuenta con un recorrido duro (el más duro para una carrera de 28 kms), diseñado por Pablo Tejerina, en el que se suben varios picos y se superan los 4400 metros de desnivel acumulado). Decido pues, salir tranquilo y a mi ritmo, en el único acto de sentido común que tendré este día.
A las 9:00 de la mañana se da la salida y la primera tachuela para mí ya resulta ser casi un puñal en el pecho. Tras una pequeña subida las pulsaciones ya van fuera de sí pero una ligera bajada seguido de un tramo llano que nos lleva a una gravera me permitirán tomar un pequeño respiro, y quizá el ultimo, de toda la mañana (y parte de la tarde).
Ya en la subida a la Peña Colorada empiezo a pasarlo un poco mal, cuando veo que gente que me dobla la edad que me adelanta y tan sólo va caminando y charlando tranquilamente. Llevamos apenas 4 kilómetros... si no menos. El primer avituallamiento está en el km 7,5 y hasta ahí pensaba llegar entero... tocará sufrir. El siguiente avituallamiento no lo veré hasta el km 14 y para ello habrá que subir al Cueto San Mateo, techo de esta carrera a 1595m.
Vengo muy muy cansado de la Peña Colorada y el pasar un bosque previo al Cueto San Mateo me hace tomar un respiro al ser un tramo más tranquilo y no ver al gigante que me espera después. A estas alturas ya me he encontrado al que será mi compañero hasta meta, Carlos Manuel Roca.
Llegamos a la base de lo que será la cima de carrera y vamos hechos polvo... nos cruzamos con gente de la organización que nos propone abandonar pero... para mí no es el día... aunque visto con la perspectiva del tiempo quizá hubiese sido lo mejor, no estábamos preparados y a dia de hoy lo sabemos.
Llegamos a la cima del Cueto y observamos el paisaje... minas a cielo abierto delante y Picos de Europa a nuestra espalda... el sufrimiento ha merecido la pena, esto me llenará dias, semanas, incluso meses después de terminar.
Bajamos a Santa Lucía, al colegio donde los lugareños nos obsequian con viandas y cariño, nos llenan las mochilas y nos dan ánimo. La mitad está hecho.
Lo siguiente será empezar a subir, para volver a bajar pues esta carrera no da respiro. Entramos en la galería minera, y pienso en la sorpresa que prometía el organizador, es ésta. El siguiente objetivo es el km 18 y será en el Faedo, el bosque mejor conservado de Europa, doy fe.
Siguiente objetivo; llegar al km 21. Pero antes hay que subir a la Peña Mata ... y vaya si mata... a punto estuvo de cobrarse dos victimas... Carlos va con lo último y yo... yo no se si quiera si voy con algo. Se trata de una subida larga y agónica, muy vertical que resbala debido a la gruesa capa de hojas secas. Tardaremos una eternidad en llegar al km 21...
Paramos un rato en el Faedo a tomar algo y a descansar un rato, si paramos un poco más no arrancamos, decidimos continuar.
Parece que está hecho, sólo queda el ultimo pico, llegar al cresteo de la Cruz, pero una vez más se nos hace eterno. El terreno es muy técnico, obliga a dar pasos grandes en ocasiones y la musculatura esta prácticamente al borde del colapso. Ya no quedan avituallamientos, sólo la meta. Subimos con un esfuerzo sobre humano a la cruz y allí quedarán dos responsables de carrera que van quitando las banderas, éramos los últimos, lógicamente. Uno de ellos recibe una llamada de teléfono, es Pablo Tejerina, y quién llama, Eduardo Flecha. Habíamos quedado para comer pero, a estas horas, ya habrá hecho la digestión, lleva dos horas y media en meta y anda preocupado como es normal.
Vamos todos juntos bajando con cuidado, sobre todo Carlos y yo, la bajada es complicada por la falta de fuerzas y lo técnico del terreno. Una vez abajo, sólo queda un tramo prácticamente llano y entramos en el pueblo entre vítores, aplausos y una enorme emoción.
Ya en meta nos colocan la medalla de finisher, han pasado más de 6 horas y media para hacer 28 kms y 4400m de desnivel, salimos 180 y apenas hemos terminado 139... uno de cada cuatro no ha logrado terminar y estamos contentos. A por otro reto más...
Tras la citada excursión con amigos del trabajo al Fontañán, decido hacer caso a Eduardo Flecha y probar la idea de correr (o intentarlo) por la montaña. Así, tras superar unas molestias y posteriormente salir a rodar durante dos semanas, decido personarme en el pueblo leonés de Ciñera de Gordón, a correr la primera edición de Biosfera Trail, una carrera que discurre por la Reserva de la Biosfera Alto Bernesga, lo cual no hubiese hecho de haber escuchado al compañero Flecha y haber tenido en cuenta que superar 4400 metros de desnivel no son subir las escaleras de casa.
La carrera en Ciñera de Gordón, pequeña población minera, cuenta con un recorrido duro (el más duro para una carrera de 28 kms), diseñado por Pablo Tejerina, en el que se suben varios picos y se superan los 4400 metros de desnivel acumulado). Decido pues, salir tranquilo y a mi ritmo, en el único acto de sentido común que tendré este día.
A las 9:00 de la mañana se da la salida y la primera tachuela para mí ya resulta ser casi un puñal en el pecho. Tras una pequeña subida las pulsaciones ya van fuera de sí pero una ligera bajada seguido de un tramo llano que nos lleva a una gravera me permitirán tomar un pequeño respiro, y quizá el ultimo, de toda la mañana (y parte de la tarde).
Ya en la subida a la Peña Colorada empiezo a pasarlo un poco mal, cuando veo que gente que me dobla la edad que me adelanta y tan sólo va caminando y charlando tranquilamente. Llevamos apenas 4 kilómetros... si no menos. El primer avituallamiento está en el km 7,5 y hasta ahí pensaba llegar entero... tocará sufrir. El siguiente avituallamiento no lo veré hasta el km 14 y para ello habrá que subir al Cueto San Mateo, techo de esta carrera a 1595m.
Vengo muy muy cansado de la Peña Colorada y el pasar un bosque previo al Cueto San Mateo me hace tomar un respiro al ser un tramo más tranquilo y no ver al gigante que me espera después. A estas alturas ya me he encontrado al que será mi compañero hasta meta, Carlos Manuel Roca.
Llegamos a la base de lo que será la cima de carrera y vamos hechos polvo... nos cruzamos con gente de la organización que nos propone abandonar pero... para mí no es el día... aunque visto con la perspectiva del tiempo quizá hubiese sido lo mejor, no estábamos preparados y a dia de hoy lo sabemos.
Llegamos a la cima del Cueto y observamos el paisaje... minas a cielo abierto delante y Picos de Europa a nuestra espalda... el sufrimiento ha merecido la pena, esto me llenará dias, semanas, incluso meses después de terminar.
Bajamos a Santa Lucía, al colegio donde los lugareños nos obsequian con viandas y cariño, nos llenan las mochilas y nos dan ánimo. La mitad está hecho.
Lo siguiente será empezar a subir, para volver a bajar pues esta carrera no da respiro. Entramos en la galería minera, y pienso en la sorpresa que prometía el organizador, es ésta. El siguiente objetivo es el km 18 y será en el Faedo, el bosque mejor conservado de Europa, doy fe.
Siguiente objetivo; llegar al km 21. Pero antes hay que subir a la Peña Mata ... y vaya si mata... a punto estuvo de cobrarse dos victimas... Carlos va con lo último y yo... yo no se si quiera si voy con algo. Se trata de una subida larga y agónica, muy vertical que resbala debido a la gruesa capa de hojas secas. Tardaremos una eternidad en llegar al km 21...
Paramos un rato en el Faedo a tomar algo y a descansar un rato, si paramos un poco más no arrancamos, decidimos continuar.
Parece que está hecho, sólo queda el ultimo pico, llegar al cresteo de la Cruz, pero una vez más se nos hace eterno. El terreno es muy técnico, obliga a dar pasos grandes en ocasiones y la musculatura esta prácticamente al borde del colapso. Ya no quedan avituallamientos, sólo la meta. Subimos con un esfuerzo sobre humano a la cruz y allí quedarán dos responsables de carrera que van quitando las banderas, éramos los últimos, lógicamente. Uno de ellos recibe una llamada de teléfono, es Pablo Tejerina, y quién llama, Eduardo Flecha. Habíamos quedado para comer pero, a estas horas, ya habrá hecho la digestión, lleva dos horas y media en meta y anda preocupado como es normal.
Vamos todos juntos bajando con cuidado, sobre todo Carlos y yo, la bajada es complicada por la falta de fuerzas y lo técnico del terreno. Una vez abajo, sólo queda un tramo prácticamente llano y entramos en el pueblo entre vítores, aplausos y una enorme emoción.
Ya en meta nos colocan la medalla de finisher, han pasado más de 6 horas y media para hacer 28 kms y 4400m de desnivel, salimos 180 y apenas hemos terminado 139... uno de cada cuatro no ha logrado terminar y estamos contentos. A por otro reto más...
lunes, 14 de diciembre de 2015
EL COMIENZO DEL CAMINO...
El comienzo ... que fácil y que difícil...
Si cuando era un adolescente inseguro, alguien se me acerca y me explica el giro que daría mi vida a la vuelta de dos o tres años, simplemente es que no me lo hubiese creído.
Pasé de llevar una vida errática a llevar la vida que quería llevar. Dejé la tranquilidad de un trabajo con contrato indefinido que no me llenaba a intentar conseguir ganarme la vida con un trabajo que me llamaba mucho la atención, que me permitía vivir de ayudar a los demás. Así fue cómo un día abandoné mi trabajo para preparar las oposiciones de bombero... sin saber donde me metía.
Hasta entonces no me había planteado nunca nada de este tipo de retos o proyectos, mi vida insípida vida se resumía en trabajo, gimnasio y café en el bar rodeado de alcohol y tabaco. Una vida normal y tranquila que no me gustaba, por lo que decidí cambiarla por entrenar y estudiar 7 días por semana durante 16 horas al día.
Emplearía los siguientes 5 años de mi vida antes de conseguir mi objetivo, cinco largos años en los que tendría que escuchar miles de veces que lo dejase, que aquello era un sueño imposible, a lo cual yo respondía siempre lo mismo: "No es imposible, hay gente que se dedica a ello". Mi naturaleza terca hace que palabras como "es imposible" o "es una locura", es la mejor forma de motivarme.
La verdad es que los primeros años se me pasaron casi sin darme cuenta, pensando en que dichas oposiciones era de lo más duro en cuanto a pruebas deportivas que alguien podía plantearse, y es cierto que son duras (sobre todo por la gran competencia) pero no ha sido lo más duro a lo que mi mente y mi cuerpo se ha enfrentado.
Un buen día, en una de las numerosas rutas de senderismo que realizamos los componentes del Comando Senderista, tengo una charla tranquila con un compañero de trabajo ademas de amigo (Eduardo Flecha) que cambiaría mi vida aún mas si cabe.
Bajando del Fontañán me explica qué dedica su tiempo libre a correr por el monte y a mí esto, me llama la atención. Siendo un apasionado del deporte y de la naturaleza... siento que esta idea es la mezcla perfecta.
Corro porque me gusta, porque me siento libre, porque es la sensación más primaria que se puede experimentar, porque no compito contra nadie sino contra mí mismo, porque no cumplo años sino retos, porque me ha hecho conocer parajes, lugares y gentes extraordinarios llevándome a extremos que mi mente y mi cuerpo no conocían... y lo mejor está por venir!!!
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