Historias de retos personales... O de como la determinación, la constancia y la confianza en uno mismo te hacen llegar donde otras personas ni se plantean. Aquí el éxito no es vencer siempre, es no darse nunca por vencido.
lunes, 14 de diciembre de 2015
EL COMIENZO DEL CAMINO...
El comienzo ... que fácil y que difícil...
Si cuando era un adolescente inseguro, alguien se me acerca y me explica el giro que daría mi vida a la vuelta de dos o tres años, simplemente es que no me lo hubiese creído.
Pasé de llevar una vida errática a llevar la vida que quería llevar. Dejé la tranquilidad de un trabajo con contrato indefinido que no me llenaba a intentar conseguir ganarme la vida con un trabajo que me llamaba mucho la atención, que me permitía vivir de ayudar a los demás. Así fue cómo un día abandoné mi trabajo para preparar las oposiciones de bombero... sin saber donde me metía.
Hasta entonces no me había planteado nunca nada de este tipo de retos o proyectos, mi vida insípida vida se resumía en trabajo, gimnasio y café en el bar rodeado de alcohol y tabaco. Una vida normal y tranquila que no me gustaba, por lo que decidí cambiarla por entrenar y estudiar 7 días por semana durante 16 horas al día.
Emplearía los siguientes 5 años de mi vida antes de conseguir mi objetivo, cinco largos años en los que tendría que escuchar miles de veces que lo dejase, que aquello era un sueño imposible, a lo cual yo respondía siempre lo mismo: "No es imposible, hay gente que se dedica a ello". Mi naturaleza terca hace que palabras como "es imposible" o "es una locura", es la mejor forma de motivarme.
La verdad es que los primeros años se me pasaron casi sin darme cuenta, pensando en que dichas oposiciones era de lo más duro en cuanto a pruebas deportivas que alguien podía plantearse, y es cierto que son duras (sobre todo por la gran competencia) pero no ha sido lo más duro a lo que mi mente y mi cuerpo se ha enfrentado.
Un buen día, en una de las numerosas rutas de senderismo que realizamos los componentes del Comando Senderista, tengo una charla tranquila con un compañero de trabajo ademas de amigo (Eduardo Flecha) que cambiaría mi vida aún mas si cabe.
Bajando del Fontañán me explica qué dedica su tiempo libre a correr por el monte y a mí esto, me llama la atención. Siendo un apasionado del deporte y de la naturaleza... siento que esta idea es la mezcla perfecta.
Corro porque me gusta, porque me siento libre, porque es la sensación más primaria que se puede experimentar, porque no compito contra nadie sino contra mí mismo, porque no cumplo años sino retos, porque me ha hecho conocer parajes, lugares y gentes extraordinarios llevándome a extremos que mi mente y mi cuerpo no conocían... y lo mejor está por venir!!!
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