sábado, 19 de diciembre de 2015

CASTILLA ULTRA RACE 109 KM...

O LA HISTORIA DE NO ABANDONAR NUNCA...

Todo comienza con una cifra, un número que se cruza con tu mirada y que se graba a fuego en tu mente, 107.

Palencia: 10h del sábado 3 de Octubre:

Antes de salir me hago una foto con Mayayo Oxigeno de Mayayo - Carrerasdemontana.com y cuyas crónicas leo habitualmente con fruición.



Me junto a otros tres compañeros de Club de Atletismo y Triatlon Caja Rural de Tordesillas que me acompañaran hasta el km 50 aproximadamente, auténticos devoradores de kilómetros.

Empiezo atrás del todo, no quiero que la euforia del principio me haga rodar alto de pulso y se eche todo el trabajo a perder, así me despido de Irene Rodríguez Rodríguez que me acompañará de diversas formas a lo largo de la jornada y sin ella probablemente esta crónica seria bastante distinta.



Pasados los primero minutos de carrera por los alrededores de Palencia, la carrera se estira y podemos adelantar a gente, los de Tordesillas se han propuesto desbrozar el Canal de Castilla en su primer ultra, a mi me parece que vamos demasiado rápido pero voy cómodo entre risas y bromas pues nos hemos juntado los "mudos".

Así, de esta forma, van pasando los km sin darnos apenas cuenta, llegamos al km 13,3 donde nos dan agua y continuamos hasta el km 23,8 donde podremos comer como si no hubiese un mañana, haciendo acopio de chocolate, jamón serrano, dulce de membrillo... (modo: boda gitana ON). La siguiente parada ser en Amusco y será ya el km 35.



Dejamos atrás las viandas con las que la gente de CD Trail Hispania nos obsequian y continuamos entre chistes y bromas cuando el pulso me deja, con un compañerismo digno de reseñar en un recorrido recto, monótono en ocasiones por su efecto pasillo que parece no terminar nunca.

Llegamos al km 35 para beber algo y la siguiente parada será Fromista, alli no pensaba parar a comer pero hablando con mis compañeros me doy cuenta de que tienen razón y es conveniente parar unos minutos a degustar unas patatas con carne espectaculares, era como comer en casa de la abuela.
Aprovechamos también para cambiarnos de camiseta tras 5 horas de carrera.



La parada se alarga hasta los 30 minutos y continuamos para bingo por el camino recto donde a menudo contemplamos las maravillosas esclusas del Canal. Llevamos algo mas de 5 horas de camino recto y lleno de piedras que empiezan a hacer mella en nuestros pies... y en nuestra mente, al menos en la mía!!!!

Nada más comer me doy cuenta que mis dos compañeros de fatigas (el tercero, Alberto, quedó en Frómista, pues disputaba la carrera de 48 kilómetros) van demasiado deprisa y a mi se me dispara el pulso, es momento de dejarlos seguir y quedarse atrás, aún a riesgo de no terminar la prueba. Es en este momento cuando decido emprender mi propio ritmo y dosificarme física y psicológicamente.



Lamentablemente el físico iba mejor que el coco. Me acuerdo entonces de mi compañero Eduardo Flecha que me dijo una frase muy mía también "es todo mental" pero no sirve más que para los siguientes 25 minutos... Estoy agotado, en medio de ninguna parte... que hago yo aquí???


Es entonces cuando miro el móvil, pues de vez en cuando informaba a Irene de donde me encontraba y me da ánimo y un consejo que me salva la carrera en el km 62,5: "cambia de método" "esta todo en tu cabeza" "confío en ti". Acababa de salvarme la carrera a falta de 47 km. Formamos un equipo perfecto y ella lo sabe, por eso la quiero tanto, por eso conseguimos grandes resultados y no sólo aquí. Eres la mejor Irene Rodriguez!!!!!

Tras éste subidón que me da mi compañera de equipo que me hizo caer la lagrimita, llego al avituallamiento del kilómetro 67 donde me dan agua y me dicen que voy el 38 de 198, ni yo mismo me lo creia!!! Controlo la euforia y me planteo llegar al siguiente avituallamiento, el del kilómetro 79.



Serán 12 km muy largos pero justo cuando empiezo a sentir las piernas pesadas veo a quien va en posición 37 con un gesto de absoluto derrotismo, caminando de forma pesada, por lo que lo animo y lo adelanto y continuo con mi ritmo, estoy psicológicamente muy arriba y repetiré la operación 6 veces más.

Ya en km 79 me encuentro con gente del club que ha venido a animar y ponen tal cara de asombro que creo que pensaban que había abandonado, situación lógica habiendo recorrido unos 38 -40 kilómetros en solitario por un recorrido monótono y empezando a anochecer, algo muy duro de afrontar psicológicamente tras 9 horas de carrera. Me dicen que mis compañeros acaban de reemprender la marcha pero sería un suicidio tratar de alcanzarlos
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Tras saludar a la maravillosa gente de la Villa del Tratado, paro en el kilómetro 79 para tomar fruta y un café que me llega cual maná caído del cielo. Sólo quedan 30 para terminar me digo por fin, aunque mi objetivo es ir al próximo avituallamiento que será en el kilómetro 91, son 12 km y esta lejos. Me dispongo a correr y es cuando los calambres no me dejan continuar. De repente, sin avisar, empiezan a subirse los cuadriceps y los abductores y no me permiten dar un paso, que lejos queda el km 91... decido caminar y encender el frontal. Lo intento de nuevo unos minutos más tarde y ahora si, ahora si que puedo. Vamos!!!! Lo celebro con euforia!!!!

Asi, renqueante y con las pocas fuerzas que me quedan llego al km 91 donde ya no puedo correr, ya mis piernas no quieren mas km. Por mi mente planea el abandono, no puedo correr y yo no quiero arrastrarme hasta el 109 que es donde está la meta. No se que hacer, no quiero arrastrarme, he venido a correr y si no puedo correr, lo dejo. En este momento, salgo a intentar llegar al km 99, al penúltimo avituallamiento, porque sé que si llego allí, por mal que esté llegaré a meta


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La suerte esta de mi parte cuando me encuentro en el km 93 a Paco, un joven de 49 años de Plasencia que es una máquina, que nos habia arrancado las pegatinas a los desbrozadores de Tordesillas y que su rodilla derecha había obligado a bajar el ritmo. Decidimos ir juntos a meta, pasando por el penultimo avituallamiento donde nos esperan su mujer y mi familia con Irene, artífice de esta gesta. Saludamos a su mujer, tomamos otro cafetillo y afrontamos los últimos 10 km en medio de la soledad más absoluta y la noche más negra.



Así Paco y yo vamos hablando,y a las 00:13 del domingo llegamos a meta. Es que es lo que tienen las carreras, que además de medallas hay otros premios mejores como conocer gente increíble con un espíritu admirable.

A la entrada de Alar del Rey me espera Amanda que me entrega la bandera de Tordesillas, para entrar con ella en meta, homenajeando al sitio que me ha visto convertirme en lo que soy, aguantando los ataques gratuitos como yo he aguantado en esta carrera tan dura.




Reto conseguido, próxima parada : 101 km Peregrinos!!!!



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